Ahora, pues, manda que ellos, los siervos de Hiram, me corten cedros del Líbano, porque los mejores ejemplares de este árbol crecían en las laderas noroccidentales del Líbano, en el territorio de Fenicia; y mis siervos estarán con los tuyos; y te daré un salario por tus siervos de acuerdo con todo lo que tú nombres, ellos seguramente podrían llegar a algún acuerdo; porque sabes que no hay entre nosotros quien sepa cortar madera como los sidonios.

Los hombres de Sidón tenían reputación de constructores, porque estaban continuamente ocupados en la construcción de barcos, y la práctica constante les dio la habilidad que necesitaban para su trabajo. Parece que Hiram pertenecía a aquellos paganos que, en ese momento, conocían al Dios verdadero y creían en Él, como indica su respuesta.

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