Y ella hizo un voto y dijo: Oh Señor de los ejércitos, Jehová del sábado, si en verdad miras la filiación de tu sierva, la miseria de su falta de hijos, y te acuerdas de mí, y no te olvides de tu sierva, sino que des a la tuya. Sierva de un hijo varón, entonces lo daré al Señor todos los días de su vida, lo consagraré para el servicio de por vida en el Tabernáculo, al cual los Levitas no estaban comprometidos de otra manera; y no le pasará navaja por la cabeza, sería un nazareo perpetuo, Números 6:2 y sigs.

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