y tenía dos esposas: el nombre de una era Ana (encanto, gracia) y el nombre de la otra Penina (coral, perla); y Penina tuvo hijos, pero Ana no tuvo hijos. La bigamia de Elcana, aunque tolerada por Dios entre los judíos, se oponía a la institución divina original de la monogamia, y la desgracia asociada a esta relación apareció en la vida matrimonial y familiar de Elcana.

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