Ahora ve y golpea a Amalec, y destruye por completo todo lo que tienen, como consagrados al Señor, en una campaña de aniquilación, y no los perdones; pero mata tanto al hombre como a la mujer, al niño y al lactante, al buey y a la oveja, al camello y al asno. Todo el pueblo con todas sus posesiones fue puesto bajo prohibición, como destinado a la destrucción.

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