Ahora ve y golpea a Amalek, y destruye por completo todo lo que tienen, y no los perdones; pero matad tanto al hombre como a la mujer, al niño y al niño de pecho, al buey y al cordero, al camello y al asno.

Ahora ve y hiere a Amalec...  La Septuaginta, como para aumentar la perentoriedad del mandato, ha introducido en el texto varias cláusulas que evidentemente fueron insertadas al principio sólo como notas explicativas en el margen: 'Ahora ve y hiere a Amalec y a Jeremías, y a todo lo que es suyo; no convertirás en ventaja nada de lo suyo, sino que lo destruirás por completo; lo considerarás a él y a todo lo suyo como si estuvieran bajo maldición, y no lo perdonarás', etc.

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