Y David dejó su carruaje, la carga que había venido a entregar, en la mano del guardián del carruaje, el oficial a cargo del equipaje del ejército, y corrió hacia el ejército, y vino y saludó a sus hermanos, preguntando por su hermanos, preguntando por su bienestar.

Y Saúl envió a decir a Isaí: Te ruego que David esté delante de mí y continúe en el servicio del rey; porque ha hallado gracia ante mis ojos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad