Y habló David a los hombres que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué se hará al hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel, que cada día se amontonaba sobre todo el pueblo con este desafío despectivo? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, varón fuera del pacto con Jehová, para que desafíe a los ejércitos del Dios viviente? El pensamiento principal en la mente de David era este, que el insulto ofrecido a Israel, el pueblo de Jehová, debía ser eliminado a toda costa.

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