Hoy el Señor te entregará en mis manos, en un estado de total impotencia; y te heriré, y te quitaré la cabeza; y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay un Dios en Israel, a saber, el único Dios verdadero, Jehová, que es el único que tiene en su mano el resultado de la batalla.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad