Y enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, una ciudad de Judá algo más al oriente, diciendo: Los filisteos han vuelto a traer el arca de Jehová; venid y traedlo. Los bet-shemitas sentían que no eran mejores que los hombres que habían sido asesinados y temían que la tragedia volviera a ocurrir. Todos aquellos que se atrevan a acercarse a los medios de la gracia, la Palabra y el Sacramento, con mentes carnales, con corazones sacrílegos, no recibirán ninguna bendición, sino sólo el juicio y la condenación de Dios.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad