Y Samuel habló a toda la casa de Israel, diciendo, refiriéndose a la aparente y sincera tristeza del pueblo: Si os volvéis al Señor con todo vuestro corazón, si su lamento no era mera farsa e hipocresía, entonces desechad el extraño dioses y Astarot, los ídolos masculinos y femeninos de las naciones paganas de Canaán, de entre ustedes, y preparen sus corazones para el Señor, firmemente establecidos en la fe y la confianza en Él, y sirvan solo a Él, para el servicio del Dios verdadero y de deidades falsas de cualquier tipo no concuerda; y él te librará de la mano de los filisteos, anunciando su relación como Dios del pacto con ellos salvándolos de sus enemigos y estableciéndolos una vez más como un pueblo independiente.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad