Y el Señor dijo a Samuel: Escucha su voz y hazlos rey. Y Samuel dijo a los hombres de Israel: Id, cada uno a su ciudad. Necesitaba algún tiempo para considerar, con el consejo del Señor, los pasos necesarios para la selección de un rey. Así, el Señor, al ceder a la demanda del pueblo, les impuso un castigo. Los hombres pecadores no pueden ser reprimidos sino por la fuerza y ​​la opresión; eso es el resultado de la desobediencia natural del hombre.

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