Porque mientras mi padre os impuso un yugo pesado, cargando sobre ellos una carga muy penosa, yo pondré más en vuestro yugo; mi padre te castigó con látigos, en sentido figurado, pero yo te castigaré con escorpiones, un látigo con muchas correas, cuyos extremos estaban cargados con puntas afiladas, que se usaba para castigar a los esclavos. Es una bendición para un país que su gobernante se rodee de consejeros experimentados y confiables, que le darán los mejores consejos en el momento adecuado. Pero ¡ay de la tierra cuyo gobernante elige como consejeros a hombres que no están al tanto de las necesidades del país!

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad