Ahora, cuando Atalía, desde su palacio al otro lado del valle, escuchó el ruido de la gente corriendo y alabando al rey, porque los gritos de alegría de la gente y los fuertes toques de las trompetas del Templo indicaron un hecho inusual en el Templo. terrenos, ella llegó al pueblo, habiendo corrido a través del magnífico puente de Salomón a los terrenos del templo, a la casa del Señor;

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