y ella miró, y he aquí, el rey estaba de pie junto a su columna, en la entrada, aparentemente una especie de plataforma cerca de la entrada al templo propiamente dicho, y los príncipes y las trompetas junto al rey. Y todo el pueblo de la tierra se regocijó y tocaron trompetas, también los cantores con instrumentos de música, interpretando algo de la música del Templo en honor de Jehová, y los que se enseñaron a cantar alabanzas, con los salmos usados ​​en ocasiones festivas.

Entonces Atalía se rasgó las ropas, con dolor e ira, lo que significa su profundo disgusto, y dijo: ¡Traición, traición! Esta llamada fue un último intento desesperado por detener el proceso, como si fuera ilegal.

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