Entonces le echaron mano, la arrestaron; y cuando llegó a la entrada de la puerta de los caballos por la casa del rey, la entrada por donde los caballos fueron conducidos al complejo de edificios que formaban el palacio real, cerca de los establos reales, la mataron allí. Así, el castigo del Señor recayó sobre ella por su idolatría y por sus asesinatos. La venganza del Señor a veces tarda en llegar, pero siempre encuentra a los transgresores en algún momento.

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