Empezaron a santificar el primer día del primer mes, y el octavo día del mes llegaron al pórtico del Señor; tanto tiempo les tomó quitar la suciedad acumulada de los juzgados. Santificaron, pues, la casa del Señor en ocho días ; que mucho más tardaron en quitar la suciedad del santuario propiamente dicho; ya los dieciséis días del mes primero terminaron.

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