Por tanto, el Señor trajo sobre ellos a los capitanes del ejército del rey de Asiria, según los monumentos asirios, el rey Assurbanipal (o Esar-haddon), que tomó a Manasés entre espinas, es decir, con grilletes, y lo ató con grillos, con cadenas de bronce dobles, y lo llevó a Babilonia, que en ese momento estaba bajo la jurisdicción del rey de Asiria, la capital de uno de los países tributarios.

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