Ahora, pues, llamadme a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos y a todos sus sacerdotes; que no falte ninguno; porque tengo un gran sacrificio que hacer por Baal. El que falte, cada uno de los profetas y sacerdotes de Baal que falten, no vivirá. Pero Jehú lo hizo con sutileza, como una estratagema, con la intención de destruir a los adoradores de Baal, adormeciéndolos y luego matándolos.

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