Y vino un mensajero y le informó, diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey, de todos los descendientes varones de Acab, de todos los príncipes reales. Y él dijo: Ponedlos en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana, siendo costumbre de los tiempos mostrar las cabezas de los vencidos a la vista de todos los hombres.

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