Pero Peka, hijo de Remalías, un capitán suyo, ayudante del rey, conspiró contra él y lo hirió en Samaria, en el palacio de la casa del rey, la parte fortificada de su palacio, adonde había huido al acercarse los conspiradores, con Argob y Arie, quienes, como altos oficiales fieles a Pekaía, fueron muertos con él, y con él, en el lado de Peka, cincuenta hombres de Galaad; y lo mató, y reinó en su habitación.

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