Y Elías le dijo, incitándolo una vez más su humildad a hacer la sugerencia : Te ruego que te quedes aquí; porque el Señor me ha enviado al Jordán, cerca de este río iba a tener lugar su partida. Y él dijo, todavía decidido a permanecer con su amo hasta el fin: Vive el Señor y vive tu alma, que no te dejaré. Probablemente fue el mismo Espíritu de Dios quien lo instó a acompañar a su anciano maestro. Y ellos dos continuaron.

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