Y se llevó a toda Jerusalén, a todos los ciudadanos más representativos, a todos los príncipes y a todos los hombres valientes y valientes, hasta diez mil cautivos, y todos los artesanos y herreros que pudieran proporcionar armas al pueblo de Judá; no quedó nadie, salvo la clase más pobre de la gente de la tierra, que no sería peligrosa para su gobierno.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad