Entonces tomaron al rey y lo llevaron al rey de Babilonia, a Ribla, una ciudad en una llanura fructífera en el norte, donde se había establecido el cuartel general de Nabucodonosor; y lo juzgaron, es decir, un tribunal designado por el rey, ya que Sedequías había roto su juramento de lealtad y se rebeló.

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