Entonces Joram pasó a Zair, una ciudad fortificada de Idumea, y todos los carros con él, toda la fuerza de su ejército; y se levantó de noche y derrotó a los edomitas que lo rodeaban, que amenazaban con llevarlo cautivo a él ya todo su ejército, ya los capitanes de los carros. Y la gente, es decir, los soldados de Judea, huyó a sus tiendas, a sus hogares, apenas escapando de una derrota total.

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