Y el atalaya, observando de nuevo el extraño comportamiento del mensajero, dijo, diciendo: Él vino hasta ellos y no vuelve; y la conducción, el avance del grupo pequeño con el carro de Jehú a la cabeza, es como la conducción de Jehú, el hijo de Nimshi; porque conduce con furia, con la temeridad feroz que lo caracterizaba.

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