Y el rey y toda la gente que estaba con él vinieron cansados, llegaron a Ajephim, una caravana o lugar de campamento para viajeros, y allí se refrescaron. Como David, todos los creyentes están obligados ocasionalmente a soportar la burla, el desprecio y la blasfemia del mundo. Pero en tales casos no se vengan, dejando el asunto, en cambio, en manos de Aquel que ha dicho: "Mía es la venganza, yo pagaré".

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