Hoy tengo ochenta años; ¿Puedo discernir entre el bien y el mal? Su intelecto se estaba volviendo tan aburrido que habría sido un mal consejero. ¿Puede tu siervo probar lo que como o lo que bebo? ¿Puedo oír más la voz de cantantes y cantantes? Sus sentidos se debilitaron y ya no pudo disfrutar de los placeres de la vida cortesana. ¿Por qué, pues, ha de ser tu siervo una carga para mi señor el rey?

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