Y sucedió que había allí un hombre de Belial, un sinvergüenza vanidoso y sin valor, cuyo nombre era Sheba, el hijo de Bichri, un benjamita, evidentemente uno del grupo rabioso de Saúl; y tocó una trompeta, como una llamada a todos los que pensaban como él a causa de las tensas relaciones entre Judá e Israel, y dijo: No tenemos parte con David, ni heredad en el hijo de Isaí, el norte las tribus no tenían nada en común con él, nada que ver con él; cada uno a sus tiendas, oh Israel! Fue un llamado a la rebelión.

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