Y dijo David a Joab y a todo el pueblo que con él estaba: Rasgad vuestros vestidos y ciñíos de cilicio, las señales de más profundo dolor, y llorad delante de Abner, en presencia de su cadáver, con lamento oficial. Y el mismo rey David siguió el féretro, su participación en las ceremonias mostraba el profundo dolor personal que sentía.

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