El edificará casa a mi nombre, al nombre de Jehová, y yo afirmaré el trono de su reino para siempre. El descendiente de David a quien esperaba esta profecía iba a ser confirmado en honor y dignidad real de la manera más singular, en un reino que tendría una duración eterna. Su construcción de una casa para Jehová, además, sería la misma que la de Jehová construyendo una casa para Él mismo, verso 11. Las dos declaraciones se refieren al mismo evento. La relación entre Jehová y este singular descendiente de David se describe ahora en detalle.

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