Y había un siervo de la casa de Saúl que se llamaba Siba, probablemente conocido por algunos de los hombres de David y perseguido por ellos con el propósito de obtener la información requerida por el rey. Y cuando lo llamaron a David, el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él dijo: Tu siervo es.

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