A un extraño le puedes prestar con usura, tal vez uno que pase por Israel con fines comerciales; pero a tu hermano, un miembro de los hijos de Israel, no prestarás a la usura, las circunstancias peculiares del pueblo escogido de Dios exigen la más estricta insistencia en la ley del amor; para que el Señor, el Dios tuyo, te bendiga en todo lo que pongas de tu mano en la tierra adonde vas para tomar posesión de ella.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad