y no te apartarás de ninguna de las palabras que yo te ordeno hoy, ni a diestra ni a siniestra, ni la más mínima desviación del camino de los mandamientos de Dios se considerará como infidelidad al pacto entre ellos y Jehová, de ir en pos de otros dioses para servirlos. Siempre queda ese sugestivo e impresionante recordatorio de la necesidad de guardar la alianza con todo rigor, en esa perfección que exige la santidad de Dios. Esto también se aplica hoy. Donde el temor de Dios habita en un país, la bendición del Señor generalmente se manifiesta, porque la justicia exalta a una nación.

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