Pero sucederá que si no escuchas la voz del Señor, tu Dios, y guardas el cumplimiento de todos sus mandamientos y estatutos que yo te ordeno hoy, que todas estas maldiciones, es decir, las enumeradas en el La segunda parte del Capítulo, vendrá sobre ti y te alcanzará, como los enemigos victoriosos que buscan tomar tantos cautivos como sea posible.

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