y comerá del fruto de tu ganado y del fruto de tu tierra, hasta que seas destruido; que tampoco te dejará trigo, ni vino, ni aceite, ni cría de tus vacas, ni rebaños de tus ovejas, hasta que te destruya. Esta descripción se ajusta a todas las grandes potencias mundiales, a través de las cuales el Señor llevó a cabo Su castigo sobre los desobedientes y rebeldes Israel, los asirios, los egipcios, los caldeos y los romanos.

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