para que ames al Señor, tu Dios, y escuches su voz y te unas a él; porque él es tu Vida, la Fuente y Dador de una vida feliz, tanto aquí como allá, y la duración de tus días, solo en Él el disfrute de cualquier regalo tiene permanencia; para que habites en la tierra que el Señor juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que les daría.

Nosotros los cristianos también tenemos la vida y la muerte, la salvación eterna y la condenación eterna, puestas ante nosotros en la Palabra de Dios. El que cree en el Evangelio y confía en la misericordia de Dios con fe sencilla, tendrá vida eterna. También dará evidencia de su fe en su obediencia a la Palabra y al mandato de Dios. Pero quien no cree en el Evangelio, y prefiere vivir una vida de pecado y vergüenza, se perderá para siempre.

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