Y esta es la bendición de Judá: y dijo: Oye, Señor, la voz de Judá, y tráelo a su pueblo, porque esta tribu, como el campeón de la nación, era un líder en las guerras y por lo tanto oraría por un regreso seguro; le basten sus manos, es decir, para librar las guerras de Jehová; y le serás ayuda de sus enemigos, salvándolo de su ira. El pensamiento subyacente parece ser un anhelo por el tiempo y el dominio del Mesías con su bendición eterna.

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