y mostrando misericordia a millares de los que me aman y guardan mis mandamientos, ya que agrada al Señor dar a conocer su gracia y misericordia en una medida mucho más abundante que su ira y justicia. El amor a Dios es fruto de la fe, en sí mismo un don de Dios, y este amor se manifiesta en el cumplimiento de sus mandamientos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad