No tomarás el nombre del Señor, tu Dios, en vano, no lo usarás de manera necia e infructuosa; porque el Señor no dará por inocente al que tome su nombre en vano. Una persona así no puede alegar su inocencia; su transgresión invariablemente se cargará a su cuenta y se le exigirá con un juicio estricto.

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