Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la terquedad de este pueblo, ni a su maldad, ni a sus tendencias impías, ni a su pecado; Moisés suplicó que el Señor mostraría a los hijos el mismo amor y tolerancia que había mostrado a los padres; y siempre hay una delicada referencia a la promesa del Señor, tal como fue dada a los patriarcas;

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