Porque si caen, uno levantará a su compañero, estando siempre presente un segundo para ayudar al que tropieza; pero ¡ay del que esté solo cuando caiga! porque no tiene otro que lo ayude a levantarse, carece de la simpatía amistosa y la asistencia de que disfruta quien está unido a otros por los lazos de amistad o una causa común.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad