Todas las cosas les suceden a todos, el destino de todos los hombres lo decide el Señor; hay un evento para los justos y para los malvados, la misma Providencia gobierna la vida de ambos; al bueno, al limpio y al inmundo, en el sentido moral; al que sacrifica, cumpliendo las obligaciones externas del culto divino, y al que no sacrifica; como es el bien, así es el pecador; y el que jura como el que teme un juramento, el que es imprudente y frívolo con su juramento y el que lo considera sagrado.

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