Y el rey, entusiasmado con la inteligente proposición de Amán, tomó el anillo de su mano y se lo dio a Amán, el hijo de Hammedatha, el Agagita, enemigo de los judíos, siendo esto una muestra no solo de amistad íntima. , sino también de autoridad real para emitir decretos y para imprimirles el sello real.

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