Si le place al rey, que se escriba que pueden ser destruidos, como los escitas habían sido masacrados aproximadamente un siglo antes; y pagaré diez mil talentos de plata en manos de los encargados del negocio para llevarlo a los tesoros del rey; esta inmensa suma de unos veinte millones de dólares está destinada tanto a despertar la codicia del rey como a compensarlo por cualquier pérdida de ingresos debido a la destrucción de tantos de sus ciudadanos. Amán lo había planeado con gran astucia.

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