y mi ira se encenderá, y te mataré a espada; y tus mujeres quedarán viudas y tus hijos huérfanos. En las guerras que el Señor traería sobre ellos como un acto de represalia y venganza, sus propios seres amados, por su muerte, quedarían tan desamparados como aquellos a quienes los israelitas oprimieron y humillaron en primer lugar.

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