Y los querubines extenderán sus alas en alto, cubriendo el propiciatorio con sus alas, sus alas cubrirán todo el párpado, y sus rostros se mirarán unos a otros; hacia el propiciatorio estarán los rostros de los querubines. Las figuras, probablemente formadas como las de los hombres, con las alas añadidas y de pie sobre la cubierta, debían enfrentarse entre sí con las alas extendidas, pero con los ojos dirigidos al párpado sobre el que se encontraban.

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