Luego tomarás el aceite de la unción, lo derramarás sobre su cabeza y lo ungirás; esta forma de inducción al oficio se usa no solo en el caso del sumo sacerdote, sino también en el de los profetas y reyes. El aceite era un símbolo del Espíritu Santo, quien es el único que puede santificar al hombre y prepararlo adecuadamente para el servicio del Santuario.

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