Esto darán a todo el que pase entre los contados, a todo el que esté en el censo, medio siclo según el siclo del Santuario; (Un siclo son veinte geras;) medio siclo será la ofrenda del Señor. Todos los israelitas varones debían inscribirse en el ejército de Jehová después de haber cumplido los veinte años y estar obligados a pagar esta contribución de medio siclo de peso estándar, es decir, unos 32 centavos anuales.

Este impuesto se utilizó para el mantenimiento del servicio de sacrificio, ya que los gastos relacionados con la forma judía de adoración deben haber sido bastante elevados. El pago de esta tarifa distinguió al pueblo del Señor de los paganos que no sabían nada de él.

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