Y Moisés se apresuró, e inclinó la cabeza a tierra, y adoró, vencido por la gloria de la visión. Lo que vio no se describe en detalle, porque está más allá del entendimiento humano, incluso cuando Pablo escuchó palabras que nadie puede pronunciar. Aquí Dios le dio a Moisés una muestra de la gloria futura que será revelada a todos aquellos que permanezcan fieles hasta el final.

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