Moisés se apresuró e inclinó la cabeza. - Mientras la gloria divina pasaba ante él, Moisés inclinaba la cabeza en adoración, adorando a Dios y sin atreverse a mirar hasta que la gloria había pasado. Se ve así que con su ardiente deseo de mirar las cosas de Dios combinó la más alta y más profunda reverencia.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad